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SEO ¿Para qué sirve? – 1ª Parte

seo_yahoo_1995Captura del directorio Yahoo! en el año 1995.

El SEO no es algo nuevo, se nos ha metido en casa y nos lo encontramos hasta en el aseo. Utiliza un lenguaje tan raro que a veces se nos hace tan grande como el Coliseo. Hay quien le mete mano sin tener ni idea y lo convierte en un manoseo. También hay quien dice que pronto desaparecerá y lo veremos solo en el museo. Hoy queremos hablar un poco del Search Engine Optimization, sin entrar en detalles y sin prisas, ¿damos un paseo?

1. LA PREHISTORIA
¿Recuerdas cuando no existían los buscadores de Internet? ¡Tampoco hace tanto, vamos, haz memoria! Fue antes del Messenger, cuando aún utilizábamos el IRC para chatear y entrábamos en páginas web tales como Terra, Lycos, o Yahoo!, que tenían un índice dividido en temáticas: deportes, cultura, sociedad… Y en ellas encontrabas algunos sitios web interesantes después de horas navegando a 25 Kb por segundo.

2. Y ENTONCES LLEGÓ GOOGLE
El 15 de septiembre de 1997, Larry Page y Sergey Brin registraron el dominio Google. Parece ser que estos 2 estudiantes de Ciencias de la Computación de la Universidad de Stanford, se cansaron de pasar horas y horas buscando algo concreto en los distintos portales de la red y se dedicaron a preparar una tesis doctoral que dio como resultado una de las grandes revoluciones del s. XXI.

3. ¿QUÉ TIENEN EN COMÚN GOOGLE Y UN DICCIONARIO?
Muchísimo. La ciencia de la Computación es una de las patas de Google, la otra es la ciencia Lingüística y, por supuesto, la tercera eres tú. Tú y todo aquel que alguna vez ha escrito o leído cualquier cosa.

Pero hablemos un poco de los diccionarios, ¿sabes cómo se construyen? Muy sencillo. Cientos de miles de textos de todo tipo se limpian, es decir, se les quitan las fotografías y demás elementos secundarios, para después introducirlos en una enorme base de datos llamada corpus lingüístico.

En el corpus hay todo tipo de palabras que se encuentran dentro de su contexto. Entonces, utilizamos un programa para buscar la palabra “banco”, por ejemplo. Y nos aparecerán frases del tipo: “Ana esperaba sentada en el banco de piedra. Y me fui al banco directamente para contratar un fondo de inversión. Entonces vi un gran banco de peces”. Y así sucesivamente.

Al leer estas frases, los lexicógrafos infieren que “banco” tiene varios significados y así lo registran en el diccionario. Pues estos programas informáticos ideados para la lexicografía fueron la base de la gran máquina de Google.

Pero además, tenemos que considerar que en el lenguaje no todas las palabras son igual de importantes: los nombres están por delante de los verbos, los adjetivos por detrás, después los adverbios, las preposiciones, etc. Por ejemplo, si cogemos solo los nombres de las frases que hemos apuntado antes, “banco-piedra”, “banco-fondo-inversión” y “banco-peces”, vemos cómo solo con eso podemos distinguir los distintos significados de la palabra “banco”. Existen muchas excepciones pero lo importante es que hay una jerarquía.

Muy bien, ya tenemos un programa que busca palabras concretas entre cientos y cientos de textos, y sabemos que existe una jerarquía para conocer el significado de una frase. ¿Qué nos falta?

En la próxima entrada, te lo contamos.

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