Consejos para cocinar un ‘body copy’ y que no parezca una lechuga
A los body copys les pasa como a las verduras en un plato combinado: contienen un montón de cosas importantes pero casi nadie se los come. Y es que en una época de fast food y tuits nadie quiere verde en su plato ni lecturas con más de 140 caracteres. Mucho menos si es una marca la que escribe. Aun así, alguien tiene que escribir ese pequeño párrafo que los directores de arte ordenan acortar para después esconder al final de la página, que el cliente siempre quiere alargar para que aparezcan...